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Carlos A. Loprete Ensayos Cortos

GERENTE DE MENTIRAS

GERENTE DE MENTIRAS

 

     Hasta nuestros días los humanos habíamos vivido inmersos en una serie de mentiras convencionales aceptadas como si fueran verdades indiscutibles. Por ejemplo, creer que algunos niños nacen dentro de un repollo o que los Reyes Magos son viejos con barba y pelo blanco que viajan en trineos para hacer sus regalos, sin ponernos a pensar que también llegaban a la Argentina donde no hay nieve en la Pampa.

    Afortunadamente, el tercer milenio ha puesto en descubierto tales creencias falsas, y las verdades ocultas han sido anunciadas a la humanidad. Si a esta liberación del pensamiento se agrega el progreso de la globalización científica, la liberación definitiva del hombre habrá llegado por fin a su culminación.

     Sin embargo, quedamos en este mundo algunos desconfiados incorregibles que no nos conformamos con vidrios de colores y reclamamos pruebas contundentes de las afirmaciones ajenas. En lo personal yo no creo que los clientes compren las burbujas y no el champán, como tampoco que la gente adquiera cualquier producto si se lo frecen con una sonrisa a flor de labios. Hasta ahora no he conocido a ninguna persona que compre su propio ataúd para tenerlo por anticipado en su casa hasta el momento decisivo por más que se lo ofrezca una Miss Universo sonriente.

     La verdad es que estamos entrampados en una red de engañadores especializados que lo enloquecen a uno, a menos que aparezca un salvador veraz que lo proteja y le recomiende que no crea si le dicen que ha sido premiado con un automóvil en un concurso, o que su nombre ha sido seleccionado para optar a un viaje gratuito alrededor de mundo, o que un fallecido en un accidente aéreo en África le ha dejado un depósito de 1.500.000 dólares y le ofrecen cobrarlo con su participación. Si fueran ciertos esos accidentes aéreos no quedaría avión en el mundo volando por los cielos. ¿Creería alguno de los desconfiados que quedamos si una empresa le ofrece en un paquete  hacerlo adelgazar cinco centímetros de cintura en un mes, buscar y recuperar a su esposa fugada en el plazo de un semestre, otorgarle a un interés del 2,5 % anual un crédito a sola firma de 50.000 dólares, entrenar a su perrito mascota para competir en un concurso de destreza mundial, gestionar ante la curia vaticana un lugarcito de excepción en el reino de ultratumba, o si es de su preferencia poner sus despojos en órbita en un féretro espacial ?

     Parece tarea imposible persuadir al prójimo, pero no lo es. Quienes se ocupan de estos trabajos han estudiado su oficio y saben lo que hacen. Se han denominado a sí mismos expertos en relaciones públicas, comunicadores sociales, publicistas, propagandistas y últimamente gerentes de conversación. Increíble, “gerente de conversaciones.”

     Los empleados de tales empresas están al corriente de estas innovaciones, pero deben guardar silencio para no perder sus puestos. A mí me llamó telefónicamente una señorita de voz agradable para comunicarme una inesperada noticia:

     - ¡Felicitaciones, señor! Usted ha resultado ganador de un viaje aéreo gratis alrededor del mundo. Déme sus datos personales y tendremos el placer de entregárselo personalmente en su domicilio.

    Esa mañana yo no estaba de buen humor por haber dormido mal y me olvidé de las reglas de urbanidad. De ahí mi explosiva contestación:

    - Vea, señorita, como usted no me conoce no sabe que soy millonario y no necesito nada gratis. Por otra parte, cuando necesito un avión para mi uso personal exclusivo, lo llamo a Bin Laden por mi celular y él me envía uno de los suyos. De este tipo de respuestas tengo un vasto repertorio que empleo a discreción según el caso. Cuando algún curioso me pregunta cómo me va, le contesto “Como me dejan” y lo elimino de mi contorno. Así, poco a poco, mi salud mental ha mejorado.

     Es increíble la cantidad de gerentes de conversaciones que proliferan en estos tiempos. Pese a ello, el personal interno de las empresas no cree en su honestidad, y en reserva los llaman “gerentes de mentiras.”

     Comentando el tema con un discípulo mío en ciencias de la comunicación, tuvimos este diálogo:

- ¿Los gobiernos tienen también sus gerentes de mentiras?

- Realmente no lo sé. Ellos no tienen gerentes, tienen ministros.

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Confidence and courage come through preparation and practice.