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Carlos A. Loprete Ensayos Cortos

PRIMERA Y SEGUNDA VIDA

         “No hay otra vida como la primera”, escribió en su melancólico diario un poeta de palidez mortecina, de esos atribulados que no terminan de arreglar las cuentas con su alma y buscan en el cielo una estrella para confiarle sus penas. ¿Cuál sería la segunda?, me pregunté con estremecida inquietud.

            Si la segunda existencia ocurriera en este mismo mundo que habitamos, la afirmación es absurda y además imposible, porque no se conoce ningún individuo que haya vivido en este planeta una segunda vida sin haberse muerto antes.  

Decididamente, el poeta no estaba en sus cabales o pretendía espantarnos con semejante insensatez escudándose en el pretexto de la poesía, que da para eso y mucho más, olvidándose de que los buenos lectores no confunden un estampido con un balazo. Cambiando los tiempos, podría haber dicho que la lluvia caída hoy es mejor que la que caerá mañana , sin resultado ninguno, puesto que los sensatos tampoco se inmutarían y no irían a comprarse paraguas. La discusión la dejamos para que los inventores de paradojas la  indaguen, como aquellos filósofos medievales que sitiados por los soldados, polemizaban sobre el sexo de los ángeles en  vez de aprestarse a la defensa.

Por vía de hipótesis, si este melancólico pensador de las dos vidas en este planeta  estuviera ahora en una tercera más allá de las nubes, podríamos preguntarle si las dos primeras en este orbe fueron mejores que esa tercera en el transmundo.

Se dice que la famosa médium Eusapia Palladino invocó al poeta quien apareció flotando por los aires envuelto en una sábana blanca:

- Dime, poeta, ¿dónde estás?

-                                                               - No lo sé. Estoy perdido entre nubes y no veo nada.

           - Bueno, pero por lo menos ¿estás mejor que antes aquí?

           - Tampoco lo sé. Sólo escucho voces lejanas que musitan en una lengua que no comprendo. Desde que llegué nadie se ha interesado por mí. Seguiré esperando.

           - ¿Esperando qué?

           - Saber si por estos lados hay también dos vidas, la primera mejor que la segunda.

           - Yo creo que sí, aunque el párroco dice que hay tres, una primera llamada Purgatorio, desde la cual se puede pasar a una segunda mejor llamada Paraíso. Y hay una tercera, la peor, el Infierno, adonde se entra directamente para no salir más.

           - ¿Y qué debo hacer entonces?

           - Quédate un poco más donde estás, yo te volveré a llamar. Hoy es sábado, y a media noche el Señor del Infierno hace una fiesta: aprovecharé la oportunidad para preguntárselo.

           Lamentablemente Eusapia murió a las tres y cuarto de la tarde atropellada por un automóvil y la humanidad se quedó sin saber dónde está ahora el poeta.

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